Según la Clínica Cleveland, la hipertensión pulmonar (HP) es una rara enfermedad de la sangre. En los pacientes con HP, las arterias se vuelven más estrechas, lo que dificulta el flujo de sangre a través de los vasos entre el corazón y los pulmones, lo que aumenta la presión arterial en las arterias pulmonares.
¿Qué causa el PH?
La evidencia sugiere que la progresión de la enfermedad se origina por el daño a la capa delgada de células que recubren los pequeños vasos sanguíneos en los pulmones. Se desconoce la causa del daño, pero el daño cambia la interacción entre la capa delgada de células y las células lisas en la pared del vaso. Esto hace que las células lisas se contraigan más de lo normal, lo que provoca el estrechamiento de las arterias.
La HP puede ser causada por enfermedades hepáticas, trastornos reumáticos, enfermedades pulmonares, algunas enfermedades cardíacas (enfermedad de la válvula aórtica, insuficiencia cardíaca izquierda, enfermedad de la válvula mitral y enfermedad cardíaca congénita), enfermedad tromboembólica, condiciones de bajo oxígeno y genética. En un pequeño número de casos, hay vínculos familiares que pueden indicar algún nivel de herencia.
Los síntomas
Los síntomas generalmente ocurren solo una vez que la enfermedad comienza a progresar. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, mareos, desmayos, latidos cardíacos irregulares, pulso acelerado, dificultad para respirar durante el ejercicio y dificultad para respirar mientras descansa.
Diagnóstico
El diagnóstico incluye un examen físico, en el que el médico escucha los ruidos cardíacos anormales, examina la vena yugular para ver si es más grande de lo normal y examina las piernas, los brazos y el abdomen en busca de hinchazón. Otra serie de pruebas, que incluyen pruebas de sangre, un ecocardiograma, una radiografía de tórax, pruebas de función pulmonar, angiogramas y tomografías computarizadas también se llevan a cabo para llegar a un diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento para la HP generalmente incluye medicamentos, incluyendo oxígeno, anticoagulantes, diuréticos para reducir la hinchazón y agentes inotrópicos para mejorar la capacidad del corazón para bombear sangre a través del cuerpo. También se requieren algunos cambios en el estilo de vida, junto con visitas regulares al médico, para controlar la enfermedad. También existe la posibilidad de cirugía, como trasplante de pulmón o corazón y tromboendarterectomía pulmonar para eliminar coágulos de sangre.
