Un 70 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 tiene un hígado graso no alcohólico, lo que aumenta el riesgo de cirrosis, cáncer hepático y de enfermedad cardiovascular, entre otras enfermedades, según el jefe de la división de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo de la Universidad de Florida, EE.UU, Kenneth Cusi.
Introducción: La enfermedad hepática puede ser hereditaria (genética) o causada por diferentes factores que dañan el hígado, como los virus y el consumo de alcohol. La obesidad también se asocia con el daño hepático.
Este órgano tiene básicamente tres funciones: depurar la sangre eliminando toxinas y células que ya no son útiles, ayudar a sintetizar los carbohidratos (glúcidos) y las grasas (lípidos), permitiéndonos además evitar hemorragias, y almacenar vitamina A, D, K y E, básicas para obtener energía.
La enfermedad hepática tiene muchas causas: Infecciones, consumo de drogas o alcohol, anomalías en el sistema inmunitario, anomalías genéticas, el cáncer y otros tumores etc.
Los signos y síntomas de la enfermedad hepática comprenden los siguientes principalmente:
Náuseas: Es el primer síntoma y el más evidente de un problema en el hígado. Nos podemos sentir mal después de comer o incluso tener pesadez en la barriga, náuseas, mareo, así como la aparición de vómitos. Pero no debes alarmarte, en ocasiones pueden deberse a muchas otras cosas y no precisamente a un problema hepático. Pero si es un hecho repetitivo, no dudes en acudir a tu médico.
Dolor abdominal: El hígado no duele, pero la vesícula si. Generalmente el dolor llamado "del hígado" se sitúa en la parte superior del abdomen, justo debajo de las costillas, pudiendo alcanzar también la espalda, y haber incluso hinchazón abdominal. Es posible que sientas ardor e incluso fiebre, pero ante cualquier síntoma acude a tu médico. Puede deberse a una inflamación o a un cólico biliar (por piedras en la vesícula biliar). Ictericia: La ictericia se presenta como una decoloración de la piel, un tono amarillento muy característico en nuestro rostro y cuerpo. Esto se debe a un exceso de bilirrubina (bilis) en el organismo y en la sangre, por un problema en nuestro hígado. Son uno de los síntomas iniciales, asociado sobre todo a una hepatitis contagiosa.
Fatiga y debilidad: Cuando padecemos un problema en el hígado es común sentirnos cansados, agotados y sin mucho apetito. En ocasiones podemos asociarlos a otras cosas y no le damos importancia, ya que es habitual tener uno o más días de debilidad. Pero cuando son continuados y es habitual este estado de inapetencia y agotamiento, hemos de consultar al médico.
Fiebre: En ocasiones, suele aparecer un dolor en el abdomen, nos sentimos hinchados, pesados y muy cansados. Ante estos estados debemos cuidar mucho nuestra temperatura, si tenemos fiebre es sinónimo de inflamación e infección. No lo descuides.
Conclusiones y comentario: Unos hábitos correctos de vida y alimentación, pueden ayudar a prevenir muchas enfermedades asociadas al hígado. El hepatólogo es el médico especialista más indicado para el tratamiento de las enfermedades hepático, consúltalo regularmente ante cualquier sospecha, él sabrá guiarte sobre tu padecimiento.
Referencia
https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/liver-problems/symptoms-causes/syc-20374502
https://eldiariony.com/2018/08/29/como-saber-si-tengo-una-enfermedad-del-higado/